Sunday, March 30, 2014

Siglo XX americano: La Nueva narrativa y el Boom

 
 

 
 
 

R. Inguanzo, Ph. D.

La Nueva narrativa, a la cual pertenecen Borges y Carpentier, comienza a desarrollarse en la década de los 30, como parte de un proceso de búsqueda de identidad antropológica y ontológica del escritor americano que culmina con el Boom. Estos intelectuales van a concebir la realidad, la naturaleza y el lenguaje de forma novedosa como parte de una revisión histórica y filosófica que le urgía a Latinoamérica. La NN reacciona a la novela realista costumbrista que le precede con características que después el Boom incorporará y ampliará como son: antirrealismo, lector activo, indeterminación, fragmentación, metaficción y subjetivismo. El Boom incorporará la canivalización cultural, la totalización, la literatura revolucionaria y la utopía. Para analizar la NN ha de tenerse en cuenta cómo es que las características delineadas se incorporan en las narrativas de Borges y Carpentier, considerados precursores del posterior Boom. Carpentier, en Los pasos perdidos, mediante la metafición, recoge el discurso literario occidental cuestionando el origen del lenguaje, del ser y la tradición. De ahí que la LP sea considerada obra encrucijada, síntesis de toda la tradición literaria latinoamaericana. El protagonista es un antihéroe que inicia un rito de paso, un viaje de regreso a la naturaleza virgen, arrastrando el peso deshumanizado de la modernidad que encarna. Desde la selva venezolana se dispone a realizar viejas utopías, exorcizar los demonios del intelecto, la asfixia de las construcciones sociales y culturales civilizadas, las trampas de la modernidad. Sin embargo el protagonista se autoengaña cuando la exuberancia de la selva, la esencialidad de la vida utópica lo regresan a la creación intelectual, a la necesidad de papel para escribir (cuartada para un inevitable regreso al mundo civilizado). La búsqueda del protagonista se traduce en la búsqueda ontológica de la esencia americana, la mirada hacia dentro por parte de los intelectuales latinoamericanos. C. conjuga así la angustia romántica con la legitimación de una realidad netamente latinoamericana, aunando mito e historia en una totalización artística. El viaje carpenteriano y su carga simbólica quedarán plasmados en muchas obras de este periodo. El lugar de la utopía soñado y descrito siglos antes por los cronistas de América se transpone en Santa Mónica de los Venados, en Comala y en Macondo. Fuentes, décadas más tarde, ya en la literatura del Boom, retoma el tema recurrente de la búsqueda y del viaje carpenteriano en La muerte de Artemio Cruz. Desde su lecho de muerte el protagonista inicia un recorrido fragmentado y sin orden cronológico a través de su vida. A la manera de Fuentes la vida de Artemio es también una búsqueda del error histórico, una alegoría de la historia de México y por extensión de América Latina. Como hemos discernido, para estos escritores, lo intelectual, el juego con el lector (activar el intelecto del lector proponiendo varios niveles de lectura), tenía gran importancia. De ahí que estas novelas tengan varios estratos textuales. Cotázar con Rayuela, novela polimorfa y calidoscópica, recurre asimismo al viaje como tema, y en particular la búsqueda de la antropofanía que tanto desea el protagonista (Navarro: la revelación del hombre en toda su plenitud). La metáfora de la rayuela como premisa anuncia que C. se propone iniciar un juego con el lector y con la literatura. La novela será entonces un tablado de direcciones donde el lector activo contribuirá con infinidad de lecturas y de exégesis literarias. Y es que para una novela tan intelectual es casi imprescindible esa complicidad del lector. Por otro lado el tal Morelli ejemplifica la metaficción, reflexionando sobre cómo se va escribiendo la novela que en realidad escribe Cotázar. (Toma de conciencia: hace inevitable que parte la novela sea una reflexión sobre la manera de escribirla.)

Horacio busca la armonía y el absoluto, en París primero, y en Buenos Aires después. Cotázar busca, por medio de perspectivas, técnicas, figuras, parodia, lenguaje (como el gíglico), una nueva expresión (así como Oliveira busca, anhela otra realidad). Desde la carga existencialista, Cortázar enarbola el antirrealismo para cuestionar las convenciones del pensamiento, la acción y el lenguaje; pero, paradójicamente, recurriendo al lenguaje. Y es que la mirada de estos autores no sólo profundiza en las raíces hispanoamericanas por medio de técnicas renovadora, sino que también trastoca los conceptos de realidad y de literatura. La mirada se vuelve hacia dentro y se hace autocrítica hasta de la propia escritura.

Ya Borges, en "Pierre Menard", sugiere con exquisita ironía y escepticismo epistemológico, que todo acto de escritura y lectura es una reinterpretación individual con infinidad de aproximaciones, donde cada novela es un palimpsesto capaz reescribirse infinitamente. B. propone además que la idea de un libro infinitum, y de un autor que es todos los autores en "Pierre Menard autor del Quijote". "La biblioteca de Babel", retoma esta visión borgeana del universo como un libro, una realidad múltiple, superpuesta, engañosa. También, en "Las ruinas circulares", la realidad es cuestionada cuando el protagonista sueña, crea a un otro, para descubrir que él mismo es un sueño soñado por alguien.

Valga señalar que la supuesta irrealidad de la NN consiste en una renovación del lenguaje: una respuesta a la forma realista desde el lenguaje, desde la obra de arte. De ahí que en el "artificio verbal" pueda identificarse una realidad que la NN y el Boom perciben y expresan como trastocada, cambiante, conflictiva, única, e incluso, "maravillosa".

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